¡ No te pierdas esta ocasión única de encontrarnos con militantes y organizaciones de lucha de referencia mundial !
Los amigos de Solyeco estaremos allí para aprender de los empobrecidos y de sus iniciativas. Algunas de estas organizaciones de lucha también han puesto en marcha experiencias de economía solidaria, como son la ECONOMIA NOVIOLENTA de los Sin Tierra de la India o los talleres textiles de la marca «No Chains» impulsados por La Alameda.
Redacción Ecoosfera (www.politicaysociedad.net)
Al aprobar esta moción en contra de la industria del plástico, la ciudad de San Francisco espera controlar nuestra adicción a este producto “enemigo del medio ambiente”.
El martes, 4 de marzo, la ciudad de San Francisco se convirtió en la primera ciudad en prohibir la venta de agua embotellada en propiedad pública, la decisión tomó nueve meses. Estiman que la medida afectará a vendedores en parques, camiones de comida, ferias locales y centros de convenciones. Se harán excepciones si no hay fuentes de agua en la cercanía.
Medidas similares ya se habían tomado en los parques nacionales de E.U.A y en algunas universidades. Se trata de reducir los desechos plásticos del país. “No fue sino hasta la década de los noventa que la industria del agua embotellada —que ahora vale $60 mil millones dólares— creció enormemente gracias la mercadotecnia en masa y campañas de distribución. Esta legislación es un manera mucho más activa de reducir el desperdicio de botellas de plástico.” Aquellos que violen la ley podrán pagar multas de hasta mil dólares. La ciudad busca producir “cero desperdicios” para el año 2020.
Por su parte un vocero de Coca-Cola y Pepsi declaró que: “Esto no es más que una solución que busca un problema. Para reducir los desperdicios, el gobierno ha tomado medidas erróneas en una ciudad donde todos reciclan.”
La iniciativa busca inspirar a otros a no utilizar botellas de plástico, y en vez en llevar botellas reusables consigo, una acción simple que todos deberíamos imitar.
En consecuencia no subimos los precios asumiendo nosotros la diferencia.
Estimados clientes y amigos:
En estos últimos años estamos asistiendo a los mayores ajustes de la democracia. Unos recortes que están afectando sobre todo a los más débiles de la sociedad: Sanidad, impuestos indirectos, educación, etc. Unos ajustes estructurales impuestos por el Fondo Monetario Internacional, los mismos que ya afectaron en la década de los 80′ a Iberoamérica y África, y que aquí fuimos cómplices del silenciamiento mediático. Y esto unido al drama del paro, primer problema de la sociedad española y que sufren, según cifras oficiales, más de 6 millones de personas.
Leyendo la prensa, no sólo económica, sino general, uno se encuentra con algo que llama la atención por su paradoja. Por un lado vemos que desde la II Guerra Mundial hasta hoy, la riqueza en la mayoría de países de la OCDE (el grupo de países más ricos del mundo) ha ido creciendo. Y a pesar del bajón del PIB per cápita que varios países han experimentado durante estos años de recesión, es más que probable que para la gran mayoría de países de la OCDE, el PIB per cápita continuara creciendo, señalando así que la riqueza de tales países continuará aumentando.
«Hace sólo dos años, con un crecimiento económico del 3% y un empleo que, contra todo pronóstico, no dejaba de crecer, pocas voces se levantaban contra la regulación del mercado de trabajo. Y si se hacía era en voz baja» .
«…al tratarse de una precariedad que afectaba sobre todo a mujeres, jóvenes e inmigrantes, la situación era tolerable. Por otro lado, sostenían que la explicación última de la precariedad era el propio modelo productivo español, un modelo de poca inversión tecnológica, escasa productividad y bajos salarios. Una vez que la crisis ha estallado, y a pesar de que todos los expertos sostengan que sus orígenes tienen que ver ante todo con la implosión del capitalismo financiero global y el pinchazo, para el caso español, de la burbuja inmobiliaria, muchos se han olvidado de ello y señalan con dedo acusador que el nudo gordiano de la crisis está en otro sitio: ni más ni menos que en la regulación institucional del empleo.
CARLOS PRIETO (Universidad Complutense. Profesor de Sociología del Trabajo)
Y no son datos exactos. Porque en España no existe un censo que determine el número concreto de vehículos. Pero, incluso tirando a la baja, los coches oficiales de nuestros políticos y cargos institucionales nos cuestan más de 240 millones de euros. Estos días, algunos dirigentes están prescindiendo de ellos. Rubalcaba: «Las comunidades que más han gastado en los últimos meses son las del PP».