CRECE LA EXPERIENCIA DE FÁBRICAS RECUPERADAS POR SUS TRABAJADORES EN EUROPA
Hace cerca de 20 años fue en Argentina. El menemismo llevó a que miles de trabajadores buscaran nuevas salidas para hacer frente al neoliberalismo. Tuvieron que improvisar con creatividad para gambetear los años de flexibilización laboral y ajuste permanente. Luego vino el estallido de 2001: un país en llamas, sumergido en niveles inéditos de miseria y desempleo. Otro golpe. Otra vez hubo que reorganizarse. Repensar el presente y el futuro. Arremangarse la camisa o acomodarse el casco para afrontar una nueva etapa. Y así, de todo ese proceso, surgió de estas tierras un nuevo concepto: el de «fábricas recuperadas». Dos palabras que, lentamente, se expandirían hacia otros rincones del mundo ante situaciones similares.