La solidaridad, origen de la Historia
Consideramos el inicio de la historia el momento en que el hombre deja constancia, mediante la escritura, de su propia existencia. Todo lo anterior es la pre-historia. Ese es el momento en el que el hombre toma conciencia de su sociabilidad, de su ser colectivo. Para Jaspers, el origen de la historia está en el momento en que el hombre se eleva a la conciencia de la totalidad del SER, de si mismo y de sus límites.
En el momento que se formula preguntas radicales, y aspira desde el abismo a la liberación y a la salvación, y mientras cobra conciencia de sus límites, se propone a si mismo las finalidades más altas. Un día la conciencia se hace consciente de si mismo.
El pensamiento se vuelve hacia el pensamiento y lo hace su objeto. Este momento, este origen, ésta total transformación de la existencia humana puede llamarse espiritualización. Del carácter cerrado e indiscutido de la vida, se pasa a la apertura.
El hombre ya no está ocluso en sí mismo. Está incierto de si mismo y por tanto abierto para nuevas e ilimitadas posibilidades. Puede escuchar y comprender…. De aquí nacerá la historia: la socialización, las sociedades organizadas de forma cada vez más compleja, la filosofía y después la ciencia y la tecnología, la religión y la necesidad de trascendencia. Para Lain Entralgo, cuando hablamos de humano, incluso del más remoto de nuestros antepasados, lo estamos haciendo de un ser que es proyectivo, creador, social, donador de sí mismo, capaz de progreso, sensible a lo bello y ejecutor de la vida histórica.
Para el filósofo Mounier, la historia colectiva de la humanidad, de la que los griegos no tenían idea, adquiere un sentido, e inclusive un sentido cósmico. La concepción misma de la Trinidad, aporta la idea sorprendente de un Ser Supremo en el que dialogan íntimamente personas, y que es ya, por sí mismo, la negación de la soledad. Esta visión era demasiado nueva, demasiado radical, para producir inmediatamente todo sus efectos. Germen de la historia a los ojos del cristiano, lo desarrollará hasta el fin de la historia.